domingo, 30 de octubre de 2011

Internet y el cerebro: una guía para periodistas

El  18 de mayo de 2011, Bill Keller, entonces director de The New York Times, publicó un artículo titulado “The Twitter Trap” (“La trampa de Twitter”), homenaje melancólico a un mundo que se esfuma: el de los diarios impresos y los libros de papel, el de la lectura atenta y las conversaciones cara a cara. En los últimos párrafos, Keller escribió: “hay una creciente cantidad de Casandras digitales que están explorando lo que los nuevos medios hacen con nuestro cerebro”, y citaba a la novelista Meg Wolitzer, cuyo último libro afirma que las nuevas generaciones poseen “información, pero no contexto”.
Todo gran cambio tecnológico y cultural, como los propiciados por la invención de la escritura —hace más de seis mil anos— y por la expansión de la imprenta de tipos móviles —siglo XV—, causa al mismo tiempo entusiasmo y recelo. La intuición de que cada nueva herramienta da tanto cuanto arrebata es una constante en  la historia. Sócrates temía que la escritura acabase con la memoria. Los elitistas en el amanecer de la Edad Moderna recelaban de que la difusión generalizada de libros condujese a la banalización de la cultura. "Amamos y odiamos a la vez nuestras creaciones, de las que nos gusta desconfiar" escribió José Cervera en un ensayo en la revista Orsai.
La revolución que vivimos hoy, que supone la traducción de nuestro acervo personal y social a código binario, ha desatado un debate intenso, del que el artículo de Keller forma parte. Pero, ¿qué hay de cierto en sus aventuradas afirmaciones? ¿Debe preocuparnos lo que los nuevos medios hacen con nuestro cerebro? ¿O es más correcto centrarse en lo que no cambian, en aquellos rasgos nocivos de la naturaleza humana de los que se aprovechan y que pueden reforzar?
Tomado de El País

miércoles, 6 de julio de 2011

Relación entre la salud y los medios. Entrevista


Uno de los desafíos más grandes del ámbito sanitario es mantener correctamente informados a los usuarios de los nuevos avances médicos. Los medios de comunicación mantienen una relación estrecha con el campo de la salud y tienen como principal desafío producir información interesante.


Roxana Tabakman es experta en periodismo científico y es la autora del libro La salud en los medios”. Medicina para periodistas… Periodismo para médicos. Tabkman le responde a iMedPub aspectos interesantes de su publicación.

Por Mary Esther Campusano – Redactora de iMedPub.

iMedPub: ¿Cómo nació el libro la Salud en los medios?

Roxana Tabakman: Cuando cree la Cátedra de Periodismo científico en Buenos Aires, en la Carrera de Periodismo de la Universidad de Belgrano, me enfrenté al problema que no tenía un libro general, de base, para pasarle a mis alumnos. Años más tarde, ya en Brasil, hice el Master para Editores que tenía la Universidad de Navarra en San Pablo (ahora cambió de nombre), y aproveché la energía y el tiempo para hacer el esbozo del libro, como Proyecto Final. Fue un tiempo en el que paré para pensar e investigar. Además, pude asesorarme con los profesores, que eran excelentes. Elegí cuidadosamente los columnistas. El libro lo trabajé, con distintos ritmos, durante unos cuántos años. A finales del 2009 me puse las pilas para terminarlo, actualizarlo y parir la versión final.

iMedPub: ¿Usted pertenece al área del periodismo? ¿Cuál fue su primer contacto con las ciencias de la salud?

RT: Mi carrera es sinuosa, tal vez por efecto de haber nacido de una madre pianista y un padre neurocirujano. Mi formación cultural es artística, la formal, universitaria, científica. Mi alma, las integra.Cuando me recibí de Bióloga empecé el doctorado en Química, pero mi área de investigación era la Neuroquímica, con la mirada puesta en la salud humana. Más tarde, viviendo en España, me reconvertí en periodista científica, y la medicina fue en sus inicios apenas uno de los temas en los que trabajé, junto con el medio ambiente, la astronomía y los dinosaurios. Además del material gráfico para diarios y revistas, hice videos para la Sociedad Española de Quimioterapia, por ejemplo. Cuando me llamaron de la Revista Noticias de Buenos Aires, porque estaban reorganizando todo su staff, me pusieron a cargo de la Sección Medicina, que eran seis páginas semanales. Mucho, para una revista de información general.

iMedpub: ¿Considera usted importante la relación de los expertos en salud con los medios de comunicación? ¿Y viceversa?

RT: ¡Importantísima! Por eso escribí el libro. Creo que hubo un cambio de paradigma. Ya no hay pacientes y lectores. El sufriente que soporta su desgracia bajo el cuidado de un único doctor está en extinción. Hay usuarios de la medicina, pacientes consumidores para quienes el médico es apenas una de sus fuentes de información. Y el periodismo especializado juega un papel clave, para que las personas inundadas de información puedan cuidar su bien más valioso, que es la vida.

iMedpub: ¿Hay muchos errores en la producción literaria sobre salud?

RT: Como en todas las áreas, probablemente. Pero las consecuencias son más peligrosas. El problema no son apenas los errores, sino las exageraciones, la información incompleta, fuera de contexto. Lo peor, para mí, son aquellas situaciones en las que se equipara el saber probado, científico, con las pseudociencias, las llamadas medicinas alternativas o complementarias, que no siempre tienen mucho conocimiento para sustentarse. Por mostrarse equilibrados, los medios dan la falsa sensación que es lo mismo. Esto, por supuesto, sin contar las mentiras descaradas, divulgadas por causa de intereses pecuniarios.

iMedpub: ¿Qué influencia tiene Internet en la producción periodística sobre temas sanitarios?

RT: Ahora es más fácil producir sin moverse del sillón. Pero la comodidad y la calidad pocas veces van de la mano.

iMedPub: ¿Cuál cree usted que es el mayor obstáculo entre médicos- medios de comunicación?

RT: El lenguaje, es decir, la definición de qué es noticia, los conceptos de novedad, veracidad, prueba.

IMedpub: ¿Piensa que en los medios se da buena cobertura al área sanitaria?

RT: Es difícil generalizar. Está mejorando, eso es lo importante

iMedPub: Usted dice en su libro que la mitad de su cerebro pertenece a la ciencia y la otra mitad a la comunicación. Explíquese

RT: Me refiero lógicamente en mi formación, soy bióloga y periodista, pero no solo a eso. Para evaluar la información, uso mi mente científica, cartesiana. No olvidemos sin embargo que, a pesar de la hiper-especialización, los científicos se destacan por establecer relaciones novedosas, hacer relecturas del mundo. Esa parte de mi mente científica se solapa con mi costado de comunicadora. Para que la narración transmita algo más que fríos datos, debemos establecer relaciones novedosas, y hacer relecturas.

iMedpub: ¿Cómo puede usted conciliar su trabajo, vida personal y tiempo para publicar?

RT: Soy mujer. Sirve de respuesta?

iMedpub: ¿Cree que el Internet desinforma en cuanto a los temas de salud?

RT: Todo lo contrario. Navegar es maravilloso. Pero como en el agua, sólo se llega a buen puerto si se planea bien la travesía.

Foto: Daniel Larriga
Producción: Patricia Jusit

viernes, 15 de abril de 2011

Sinopsis del libro

No es la seguridad, el dinero ni el amor. Es la salud la preocupación número 1 de la población, en todas las clases sociales.
A nadie escapa que los medios de comunicación, desde los más tradicionales a los más modernos, responden a éste interés, y no siempre cuentan con periodistas preparados. Para los profesionales de la salud, la comunicación masiva es también cada vez más valiosa, aunque ninguna universidad los prepara para responder a esta demanda.
Esta doble necesidad, de periodistas que consigan entender la información médica, y de médicos que deban comunicarse con el público a través de los medios, es mayor ahora en la que se vive la revolución tecno-cultural más  importante de la historia de la atención sanitaria. El poder que da el conocimiento está siendo socavado, y se comprueba porque el viejo paciente fue reemplazado por el usuario de la medicina, que busca la información en Internet, la contrasta con la que recibe de su  médico y, la discute abiertamente con sus redes sociales. Con el avance de las tecnologías, los desafíos para el comunicador sólo aumentan. Se estima que para el 2015 habrá más personas accediendo a la red por sus dispositivos móviles que por la PC, y la industria está sedienta de productores de información médica de calidad que sean capaces de crear contenidos masivos pero a la vez personalizados.
Están los médicos preparados para esta situación? Lo están los comunicadores que intermedian en la difusión del conocimiento? La respuesta es claramente no. Por eso el libro tiene dos destinatarios. Por un lado, periodistas y estudiantes de periodismo, que quieran escribir y editar temas de salud y calidad de vida con máximo rigor científico y de una manera clara y atractiva. Al mismo tiempo, se dirige a los  profesionales de la salud que interactúan con la prensa o pretenden hacerlo, o producen contenidos de forma independiente, y buscan pautas para llegar mejor a sus destinatarios.
Las fuentes de las que se nutren estas páginas  son muchas y variadas. Provienen, en primer lugar, de la lectura crítica de lo que se produce en los distintos medios, y de conversaciones mantenidas por la autora  a lo largo de dos décadas de profesión con médicos, periodistas, asesores de prensa,editores, directores de medios, pacientes, ONGs y empresas. Hay también  ideas e investigaciones publicadas por centros de prestigio internacional. El panorama se completa con otras miradas enriquecedoras: columnas escritas por  expertos líderes de opinión (un médico, dos periodistas, un abogado y un ex Ministro de Salud) que enfocan temas sensibles como la cuestión de la privacidad, la salud global, y las pseudociencias.
El libro debe ser visto como un manual, para su lectura o consulta permanente. Los aspectos técnicos serán más valorados por unos, los éticos por otros. El objetivo es que en este matrimonio de conveniencia que se ha iniciado entre periodistas y médicos que quieren llegar al mismo público, el comunicador venza el miedo a los tecnicismos, y el científico comprenda mejor el fenómeno de comunicación.
Para quela calidad de la información que recibe el ciudadano contribuya de forma adecuada al  cuidado de su bien más valioso: la vida.
Todo esto, y mucho más, lo expongo en mi libro "La Salud en los Medios" (enlace de compra).